La Carta [El Camino del Exceso]

Blog sin pretenciones, crudo y en directo... No pidan más.

24.7.12

Un par de años

     Dos años han pasado desde la última entrada. Dos años han pasado desde que dejé de vivir. Han cambiado demasiadas cosas en los últimos dos años, y pocas cosas han sido para bien. Estoy intentando revivir, dando como quien dice esas patadas de ahogado. Escupiendo mis pulmones, exprimiendo mi cerebro, sacándome el corazón.

     Volví a leer la entrada anterior sólo para intentar no escribir exactamente lo mismo esta vez, pues la verdad es que no me siento muy diferente. Copiaría los últimos párrafos letra por letra... mataría y moriría porque no tuviera que ser así. Mataría y moriría por una verdadera segunda oportunidad.

     ¡Pero qué digo! Tuve ya bastantes y en todas no terminé de demostrar lo imbécil que era. Tal vez por eso ruego de rodillas por una última más, para así rescatar los pedazos de humanidad que quedan en mí.

     Hoy por hoy, me encuentro destrozado, desolado, humillado, ignorado, abandonado, desquebrajado...
No me siento más como un ser humano, me siento como un alma en pena, reprochándose día a día sus errores, penando eternamente sus pecados del pasado, anhelando que milagrosamente se vislumbre desde esta penumbra, un pequeño hilo de plata, una luz salvadora a la cuál aferrarse y poder redimir sus penas y salvar su alma.

     No me siento más como un ser humano. Aislado de todo contacto afectivo y demostración sincera de cariño. Preso en un cuarto de hotel solitario y sin vida.

     Hoy toqué un nuevo fondo. Desnudo en la bañera, con agua casi al cuello, trataba de poner mi mente en blanco. De repente y de manera súbita, estallé en lágrimas por minutos al verme inundado de un sentimiento de soledad tan profundo y obscuro... no lo puedo explicar y en estos momentos mis ojos de humedecen de nuevo ante el intento siquiera de recordar semejante sentimiento.

     Vacío, solo.

     Sin un sentido, sin ninguna razón. Así estoy, sin poder justificar el resto de mi existencia. De pronto, toda visión del futuro desaparece. Siento como si toda remota posibilidad de volver a encontrar la felicidad se desvaneciese en la nada. Tú tuviste una depresión y fuiste un día a un hotel a estar sola y embriagarte en alcohol. Yo llevo meses viviendo solo en hoteles, deprimido. Ideas estúpidas que alguna vez mencioné sólo por querer llamar la atención se tornan peligrosamente más tangibles, sin siquiera buscar llamar la atención de nadie más que de mi mismo.

     Necesito alguien que me escuche, pues sigo lanzando estos gritos mudos en oídos que pareciesen sordos. Y es que habría tanto qué decir, que no creo decir nada nuevo, pero lo he he venido diciendo no ha hecho eco alguno en ningún rincón visible de la tierra. El mundo a mi alrededor se torna sordo a mis voces y ciego ante mi figura.

     Ansia, desesperación, impotencia, arrepentimiento, incertidumbre, desdicha y soledad se han vuelto en este tiempo en mis más fieles e indeseados compañeros. Me persiguen día y noche, desde el amanecer hasta que logro cerrar los ojos después de luchar con todos ellos. Sólo tú, a ratos, y con tu presencia, has logrado espantarlos o al menos disimularlos con un poco de ti. Tan pronto te alejas y vuelven a acecharme cuales buitres acechan al moribundo deambulando en el desierto.


     No sé qué sigue, no sé que viene, no sé dónde acaba si es que acaba. Sólo sé que esto no puede seguir así. Esta pelea no es sólo contra mí mismo, sino con el mundo entero que se viene contra mi. Está en mí no dejar de luchar, pero no está en mí cantar la victoria. Yo no puedo declararme a mí mismo vencedor en esta pelea un tanto injusta para todos los involucrados.

     El verdadero amor, es como la verdadera guerra. Cruel y despiadada, alimentada por los más bellos cantos épicos de heroísmo y felicidad. Pero ambos son un crudo campo de batalla.

     Hoy sigo, como alma en pena, tratando de conciliar el sueño inmerso en la más profunda y oscura desolación de mi cuarto de hotel. Aferrado con uñas y dientes a una única, remota y tal vez ilusoria línea de luz y esperanza.

     Dejaré mis entrañas en la batalla, lo seguiré dando todo. No queda más, eso o morir en la batalla.
Esto no es una historia de lucha y batallas, es una crónica de penas y arrepentimientos, en busca del perdón y la redención.


                             Te amo. Perdón.
                                                              ...hasta el infinito mas uno.



Él:

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Estudiante de Ingeniería Mecánica, asiduo de la música, el cine y la fotografía.

Tiempos Pasados Siempre Fueron Mejores

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