La Carta [El Camino del Exceso]

Blog sin pretenciones, crudo y en directo... No pidan más.

30.12.07

Del año que se va

Cuatro dígitos que representan trescientos sesenta y cinco días que están apunto de terminar. El 2007 está a punto de marcharse para siempre y para mi es momento de pensar en todo lo que me ha dejado, lo que he logrado, lo que no pude hacer y lo que pude haber hecho mejor. Todo eso, aunque en básico representen ganancias o pérdidas desde el punto de vista más simple, son todas ellas experiencias únicas que dejan una enseñanza más allá del sentimiento que emana de su recuerdo.

Por un lado puedo dar gracias de terminar este año como siempre los he terminado; sin arrepentirme de nada. Por el otro, daré más gracias por cómo lo termino; acompañado, de familiares, amigos y la novedad; una novia.

No puedo negar que tal vez sea eso, una novedad, pero al menos sé que en mí no se irá jamás esa sensación de novedad. Qué estúpido suena, ¿no? Sabiéndome una persona perfectamente racional la mayoría del tiempo, era de esperarse que no cayera en la cursilería y el misticismo que nace de un noviazgo de calidad pubertil.

Pero la verdad es otra. Al menos la que puedo relatar desde éste lado del cuento. Siento (y nótese el "siento") que me puedo dar el lujo y el placer de caer en ese juego meloso sin preocuparme gracias a que pienso (sí, ahora es "pienso") que la relación se ha forjado durante todo un proceso de maduración en ambos lados.

Ahora que plasmo todo esto en este pedazo de lugar en la web, en la que supuestamente vengo a desentrañarme a mi mismo al mundo cibernético, me da el tiempo de pensar en todo y poder ver durante un momento todo de una forma más fría y calculadora, más impersonal y más racional. No porque lo quiera, es tal vez ya inconscientemente por la historia que este sitio alberga y porque siempre ha sido un lugar para escribir las cosas de una forma más pensada y desmenusada. Es que lo quiera o no, el simple proceso de plasmar todo en palabras es algo que pasa por el cerebro y todos los sentimientos y sensaciones se someten a ese proceso racionalizador para poder salir en forma de palabras. De una forma, tengo que pensar en qué es lo que siento para poder escribirlo.

Que en esencia nunca he sido partidario de eso, siempre me deja un sabor agridulce el tener que procesar mentalmente mis sentimientos, preferiría sentirlos y disfrutarlos nada más. Pero el proceso racionalizador ya ha demostrado su utilidad y eficiencia y esa sensación al final ya no es tan difícil de tragar y he aprendido a disfrutarla también.

En esta ocasión la mente me cocina algo más dulce. Definitivamente la razón se ve sesgada hoy para mí por la increíble cantidad de felicidad que siento aunque eso no me salva de esas especias picosas ni de esas hierbas amargas, que aunque en menor cantidad, siguen dejando su toque en la mesa de mi mente.

Todas esas dudas que surgen, esas cuestiones y espacios vacíos que todavía existen son la contraparte del resto de condimentos dulces que Dios, el destino o la suerte me han proporcionado. Y aunque no he dejado que alteren la sensación y el sentimiento general que me inunda hoy por hoy, sé que les tengo que hacer frente ahora en un plano mucho menor en batallas menos costosas y desgastantes.

No puedo dejar de pensar en las posibilidades y en los muchos detalles que no dependen de mí. Pero sé que seguiré teniendo la fuerza de hacer mi parte lo mejor que pueda como he tratado de hacerlo desde hace ya buen rato. Pero, de nuevo, no todo depende de mí y ya he optado por dejar mis defensas abajo y entrar de frente a la carga. Es un ataque suicida, lo sé, de no salir ganando he de perder de manera inimaginable.

Pero no es tiempo de pensar ya en esas cosas, no puedo negar que todo eso ha pasado ya por mi mente, pero debo recalcar que ya no es miedo ni incertidumbre lo que siento. He hecho mis paces con Dios, he acumulado buen karma, le he dado vueltas a un budha y en general he procurado buenos augurios a lo largo de este año, sólo puedo esperar lo mejor para el siguiente.
Y más que dejarle todo a las fuerzas cósmicas del universo, siento todo esto porque el 2007 ha sido un año para mí, lleno de procesos. Procesos desgastantes, esfuerzos arduos he realizado con tal de sentar cimientos sólidos para todo lo que haya de venir en el futuro. Trabajo y esfuerzo que no he de dejar de hacer ni dejar que se venga abajo. Si algo me dejó este año fue el haber aprendido el valor de la constancia y la paciencia y con ellas la escencia de buscar el rescate de todos esos valores y formas de vida que han dejado huellas sólidas en el pasado, eso sí, sin dejar de ver el progreo y las ventajas que hoy tenemos.

Es por eso y más que este año se me ha ido rápido. Simplemente, ha estado lleno de bendiciones y aprendizajes de una calidad inigualable por años anteriores. Dejo este con una gran sonrisa en la cara y con los brazos abiertos al que sigue. Pero más que simplemente desear lo mejor para el próximo, está el propósito de seguir trabajando y seguir dando mi mayor esfuerzo día tras día.
Con esto en la mente y en el corazón, tengo la certeza que Dios, la suerte o el destino harán su parte por procurarnos lo mejor para cada uno de nosotros.


En pocas palabras ya, sean felices, digan wii, aprendan lo más que puedan de éste 2007 y lo mejor para el que viene.
_________________________________________
Feliz Año Nuevo 2008
[n o r b]

Él:

Mi foto
Estudiante de Ingeniería Mecánica, asiduo de la música, el cine y la fotografía.

Tiempos Pasados Siempre Fueron Mejores

Tiempos Pasados Siempre Fueron Mejores
¿o tal vez no?